Santa Eulària confía en que Costas multe otra vez a Tagomago e impida el quiosco |
(Diario de Ibiza, 6/06/2014)
El concejal de Urbanismo advierte de que hay «indicios» y «no solo sospechas» de que Matthias Kühn quiere explotarlo como un ´beach club´ | Mariano Juan asegura que hay que tener «altura de miras y no quedarse solo con lo que dice el proyecto»
eugenio rodríguez | ibiza. Perdida en principio la ´batalla´ con la conselleria balear de Medio Ambiente, que considera que la explotación del quiosco-bar de Tagomago, publicitado como un beach club, las cinco boyas y una plataforma flotante y otra en tierra para un solárium no supone ninguna afección ambiental, la atención se centra en la Demarcación de Costas, el organismo competente, además, para autorizar o no las concesiones solicitadas por el promotor Matthias Kühn.
El Ayuntamiento de Santa Eulària confía en que Costas rechace de momento las concesiones temporales (de 2014 a 2017) que tramitan Isla de Tagomago S. A. y la Fundación Tagomago tras la apertura de un nuevo expediente de infracción al promotor con base en el informe municipal presentado recientemente, en el que se denuncia que, aparte de las obras ilegales detectadas el pasado mes de octubre en el quiosco, ya están instaladas pese a no haber obtenido la correspondiente autorización las cinco boyas solicitadas «y alguna más» y la plataforma flotante.
El concejal de Urbanismo, Mariano Juan, explica que Costas ha informado al Consistorio de que hay dos expedientes de infracción abiertos entre 2009 y 2010 a Isla de Tagomago que ya son firmes por sentencia judicial. Uno de ellos, con una sanción de 15.619 euros, por la instalación sin permiso de una plataforma flotante, tubería, manguera para toma de agua de mar, publicidad informativa y un muerto de hormigón en zona de dominio público. Y el otro por la instalación de una cámara de vídeo vigilancia (detectada recientemente en la inspección municipal), y la cubierta de madera del embarcadero, según explica Juan.
Obras ilegales en el quiosco
«Entiendo que Costas obligará a restituir la legalidad de lo ya juzgado y abrirá expediente sancionador por lo que aún no se ha juzgado [las boyas y la plataforma flotante]», señala el concejal, que recuerda que, en urbanismo, «primero se exige que se retire lo ilegal y luego se tramitan los expedientes». «Si se mira solo el chiringuito, este puede ser autorizable, pero no solo hay esto sino también unas boyas y una plataforma instaladas sin autorización», subraya.
La conselleria balear de Medio Ambiente sostiene que el quiosco-bar, cuya explotación no supone repercusiones ambientales, «no se ha ampliado». El concejal de Urbanismo admite que no se ha ampliado la superficie construida, pero se ha cambiado el suelo (con madera) de una de las terrazas y se ha cubierto con cañizo, todo ello sin licencia». Santa Eulària está a la espera de que la Fiscalía y la Demarcación de Costas abra un expediente por estos hechos y, en el caso de que no lo hagan, lo iniciará el Ayuntamiento, según Juan.
«Indicios» de un ´beach club´
En todo caso, el edil sostiene que las obras en el quiosco es «una cuestión menor» y que lo importante es evitar que el quiosco pueda funcionar como un beach club, lo cual dice no se basa solo «en sospechas», sino que «hay indicios, con la propia publicidad de los promotores» de que así sea. Juan apela a todas las administraciones implicadas a que tengan «altura de miras» y «no se refugien en el papel [el proyecto]». «Hay que ver lo que se quiere hacer realmente allí. Las boyas no son para observar aves aunque lo ponga el proyecto. Tenemos dudas de que allí quepan 78 sillas [se ha denunciado a Costas]. No estaría mal que se observe todo sobre el terreno», dijo.
El concejal admite que, tal como dijo el conseller de Medio Ambiente, Gabriel Company, al Ayuntamiento le compete controlar que el quiosco-bar, que tiene licencia municipal desde 1984, no funcione como un beach club. «Nunca en la vida podrá hacerlo, ni en nada que se le parezca. La normativa municipal aprobada hace un mes lo prohíbe y, segundo, dudo muchísimo de que la legislación ambiental permita que haya ambientación musical», destacó Juan.