Santa Eulària: Matthias Kühn se sentará en el banquillo por realizar obras sin licencia en Tagomago |
(Diario de Ibiza, 15/09/2017)
La Fiscalía pide dos años de cárcel para el empresario, que será defendido por Pedro Horrach, exfiscal del caso Noos
José María Alonso. Diez años después de concluir una serie de obras sin licencia en el entorno de la casa del islote de Tagomago, el empresario alemán Matthias Kühn, pareja de la artista Norma Duval, se sentará finalmente en el banquillo de los acusados. Pese a que no tiene mucho que temer, ya que en la causa no consta que tenga antecedentes penales y el ministerio público reclama una pena de dos años de cárcel y una multa de 10.800 euros, Kühn ha contratado a un abogado fuera de serie: el exfiscal del caso Nóos Pedro Horrach. Además, teniendo en cuenta que desde que se realizaron las obras ilegales ha pasado una década, en el caso de que sea condenado es muy probable que se aplique el atenuante de dilaciones indebidas, lo cual rebajaría la pena.
El juicio está previsto que lo celebre el jueves a las 10 horas la titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Ibiza, Martina Rodríguez. Junto a Kühn se sentará en el banquillo Guido Hecker, constructor a quien Kühn encargó las obras denunciadas por la Fiscalía.
A los dos se les acusa de la comisión de los mismos delitos. Uno contra la ordenación del territorio y otro contra los recursos naturales y el medio ambiente. El ministerio público pide un año por cada uno de los delitos. A Kühn también se le pide la inhabilitación para desempeñar el oficio de promotor durante cuatro años. A Hecker se le reclama la inhabilitación como constructor durante cinco años.
Islote protegido
Las obras por las que estos dos hombres están acusados se llevaron a cabo sin autorización previa a pesar de que el islote, aparte de Área Natural de Especial Interés (ANEI), también es Lugar de Interés Comunitario (LIC) y Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA), dentro de la Red Natura 2000 de la Unión Europea. Según la Fiscalía, los acusados pavimentaron un área de 470 metros cuadrados junto a la vivienda donde antes solo había campo, incluida una rampa de 40 metros cuadrados de piedra seca junto a la piscina. También construyeron un muro de cemento de nueve metros de longitud y tres de altura y un camino de piedra y cemento de 1,5 metros de ancho y 20 metros de largo con el objeto de unir la casa principal con otras edificaciones donde se ubicaban los aparatos de aire acondicionado, lavadoras y otros electrodomésticos y grupos electrógenos. También ampliaron con tres filas de bloques de hormigón la construcción donde se instaló el grupo electrógeno y se almacenaba el combustible, y construyeron un vial empedrado de 80 metros para unir la vivienda con el camino del faro. En la zona del embarcadero, levantaron una caseta de piedra y cemento de 1,2 metros de alto por 1,2 de ancho en cuyo interior se guardaba una especie de «motocarro» para desplazarse por el islote. «Dichas obras se llevaron a cabo sin estar amparadas por ningún tipo de licencia y no pueden ser legalizadas», señala la acusación. Además de estas edificaciones, los acusados realizaron movimientos de tierra en el islote para extraer áridos, para lo que fue necesario retirar la cubierta vegetal en una profundidad de 30 centímetros en dos lomas.
La actividad turística que Kühn lleva a cabo en este islote protegido –alquiler de la casa, organización de fiestas y vuelos con helicóptero– siempre ha estado rodeada de polémica. Lejos de mostrar una actitud conciliadora, el promotor llegó a presentar una querella por injurias contra el presidente del Grup d'Estudis de la Naturalesa (GEN), Joan Carles Palerm, que redactó un comunicado en el que calificó al empresario de «especulador sin escrúpulos» después de una tensa excursión que los ecologistas organizaron en el islote. La querella fue archivada por la Audiencia que recordó al alemán «la existencia de procedimientos penales en curso» contra él por delitos contra el medio ambiente.