Sant Antoni: urbanismo contra los discapacitados |
(Diario de Ibiza, 25/11/2013)
El Ayuntamiento de Sant Antoni permite que se construyan nuevas obras públicas que no se adaptan a sillas de ruedas e incumplen la ley
Sant Antoni. Los obstáculos que impiden a los discapacitados desplazarse por la calle no solo no desaparecen en Sant Antoni, sino que van aumentando. Ello es así porque las nuevas obras públicas de urbanización que se construyen siguen sin tener rampas en los bordillos y continúan incluyendo farolas y postes enmedio de aceras tan estrechas que se convierten en intransitables.
joan lluís ferrer | sant antoni. Que Sant Antoni no es un pueblo apto para vivir tranquilamente en verano es algo ya sabido por todos, pero el panorama que queda en invierno no es mejor para un colectivo concreto de la sociedad, especialmente frágil: los discapacitados que deben desplazarse en silla de ruedas, o bien con muletas, y también para las personas mayores con movilidad reducida e incluso para los cochecitos de bebé. Ninguno de ellos puede circular por la mayor parte del casco urbano de Sant Antoni ni por sus barrios aledaños, pues el Ayuntamiento viene incumpliendo de manera flagrante la Ley 3/93 de Supresión de Barreras Arquitectónicas aprobada por el Parlament balear hace ahora veinte años.
La Corporación no solo no ha eliminado la mayor parte de los obstáculos que impiden a estas personas circular por aceras, calles y pasos de cebra, sino que, además, consiente barreras arquitectónicas en las obras públicas de nueva construcción que se realizan en la actualidad. Ello, amén de representar una infracción a la citada ley, podría acarrear consecuencias judiciales contra el Ayuntamiento si algún afectado decidiera demandarlo.
A modo de ejemplo, en el barrio de ses Païsses se han realizado en los últimos años importantes mejoras en las infraestructuras viarias, con la construcción aceras, alumbrado y señalización. Sin embargo, esas obras reproducen al milímetro los mismos errores que se suponía que debían eliminar. De este modo, hay farolas colocadas en la mitad de esas nuevas aceras, que además son estrechas; hay pasos de cebra sin rampas para que puedan transitar sillas de ruedas o coches de bebé y, en general, un sinfín de deficiencias impropias de infraestructuras que se supone han recibido el visto bueno de las instituciones y han sido promovidas por ellas mediante los impuestos ciudadanos.
Estas aceras y demás obras de urbanización de ses Païsses fueron construidas a partir del año 2000, aunque algunas, como la de la calle Rosers, datan de 2010 y 2011. Pese a tan recientes fechas, constituyen una trampa para los discapacitados, una barrera que les impide circular por este barrio, exactamente igual que sucedía décadas atrás cuando no había ninguna legislación al respecto.
No es el único caso, las aceras de s’Alamera, la calle de entrada al casco urbano de Sant Antoni, fueron construidas en el año 2006, coincidiendo con los proyectos de las autovías. Tampoco cumplen la ley, porque no incluyen rampas ni otros elementos que faciliten la circulación de cualquier persona con movilidad reducida, tanto si es discapacitada como si no.
Vicent Serra es un vecino de Sant Antoni que, a causa de un accidente laboral sufrido hace años, se ve obligado a desplazarse en silla de ruedas. Se declara totalmente «impotente» ante la situación que se vive en el municipio de Sant Antoni. «No solo es en el casco urbano o en ses Païsses. Todo lo que se ha urbanizado en las afueras, como Ca n’Obrador o es Molí, se está haciendo también de esta manera», afirma mientras circula con su silla por la calzada de la calle, «porque es más seguro que hacerlo por las aceras». Basta un breve recorrido por algunas de las calles más céntricas y concurridas para comprobar que es cierto. En la calle del Mar, en la calle Cervantes, en la Isidor Macabich... se mire donde se mire las pasos de cebra terminan frente a bordillos de un palmo de alto sin rampa de ninguna clase que suponen una verdadera muralla para estas personas. No solo eso, en estas mismas calles las aceras –algunas de menos de un metro de ancho– aparecen jalonadas de farolas, postes, parquímetros de zona azul, jardineras, papeleras y señales de tráfico que, por supuesto, hacen imposible su uso por numerosas personas. La alternativa es ir por el asfalto, evitando los coches con cuidado.
«Sólo parches»
A menudo, como se observa en la calle Isidor Macabich, hay rampa en una de las aceras que forman un cruce, pero no así en las otras, con lo que esa rampa no tiene ninguna utilidad. «¿Cómo es posible que el Ayuntamiento no haya hecho nunca un proyecto global para una calle entera o una zona del pueblo para eliminar sus barreras arquitectónicas? Solo se hacen algunos parches que no tienen ninguna eficacia», afirma Serra, quien se pregunta:«¿Dónde van los impuestos que pagan los habitantes de este municipio?».
Hay otras situaciones paradójicas: edificios públicos como la oficina de Correos están dotados de rampas y otros elemenos para discapacitados, pero estos no pueden acceder a ellos porque las aceras y calles están repletas de bordillos sin rampas.
Vicent Serra admite que en las playas sí se han realizado algunas adaptaciones, pero considera que es una actuación totalmente insuficiente. «Invitaría a cualquier político del Ayuntamiento a ir en silla de ruedas durante un día para que supiera de qué estamos hablando, aunque lo cierto es que lo saben porque son cosas que ellos ven cada día», comenta.
Este discapacitado lamenta la forma en que el Ayuntamiento se desentiende del problema. Aparte de no cumplir la ley ni de acometer obras para ello, denuncia que el equipo de gobierno nunca ha convocado a los discapacitados del municipio para escuchar su opinión y solucionar la situación existente. Y añade, disgustado, el siguiente episodio: «Tres días antes de unas elecciones generales, vino la concejala Lidia Prats con un mapa de Sant Antoni y me pidió que le señalara los sitios más peligrosos para poder arreglarlos. Así lo hice y se lo entregué. Diez años después no se ha hecho nada».
El elevador del Ayuntamiento, fuera de servicio
El ascensor para sillas de ruedas que instaló el Consistorio en el anterior mandato, averiado
j. ll. f. | ibiza. El Ayuntamiento de Sant Antoni instaló, en el anterior mandato de José Sala, un ascensor especial para sillas de ruedas en el exterior de la casa consistorial para permitir a los discapacitados acceder a la primera planta. En teoría este sistema debe estar sometido a un adecuado mantenimiento que garantice su permanente estado de funcionamiento y a disposición de cualquier usuario que lo requiera.
Sin embargo, cuando Vicent Serra trató de acceder el pasado jueves al primer piso para entrevistarse con un concejal de la oposición, tuvo que solicitar a un funcionario que le prepararan el mecanismo para utilizarlo. El funcionario, después de consultar con sus superiores, comunicó a Serra que el elevador no estaba operativo, «seguramente por las últimas tormentas».
«Es increíble que una maquinaria que ha costado un dineral esté sin funcionar desde no se sabe cuándo», afirmaba Serra, bastante escéptico con las explicaciones dadas por el funcionario.
Este discapacitado recuerda que la supresión de barreras arquitectónicas no es algo necesario solo para personas como él, «sino que todos nos encontraremos con esta situación algún día, cuando tengamos ochenta años, por ejemplo».
Normativa incumplidaLa ley 3/93 de supresión de barreras arquitectónicas del Govern balear establece en su articulo 12 que en los pasos de peatones «se salvará el desnivel entre la acera y la calzada con un vado», es decir, una rampa. El artículo 17.2 establece que «no podrá instalarse ningún obstáculo en el espacio de las aceras comprendido en el paso de viandantes».
Se da la circunstancia de que en agosto de 2012 el actual equipo de gobierno anunció un plan de eliminación de barreras arquitectónicas en el casco urbano y para ello se reunió con el delegado de la ONCE en Ibiza, pero ese plan no parece haber dado frutos demasiado visibles sobre el terreno.
Tanto el grupo del PSOE-Pacte como Proposta per les Illes (El PI) han criticado en distintas ocasiones esta situación y han pedido mejoras concretas al equipo de gobierno.