(Diario de Mallorca, 6/04/2013)

Primero se derribarán las viviendas de tres plantas y todas aquellas que impiden la visión de la playa de ses Covetes

S. Sansó. Una gran máquina lanzaba ayer su brazo mecánico una y otra vez sobre la estructura del primer bloque de viviendas de la urbanización ilegal de ses Covetes. Su cizalla ´mordisqueaba´ suelos, ventanas y balcones como si fueran de galleta. "Está previsto que primero se empiece por los edificios de tres plantas y aquellos que impiden, de momento, la vista a la playa", explicaba el conseller insular de Territorio y presidente de la Agència de Disciplina Urbanística, Mauricio Rovira. "El proyecto de demolición está yendo tal y como nos esperábamos. Las máquinas trabajan bien y hoy hemos empezado ya con los trabajos más detallistas".Esos trabajos más laboriosos son interiores. Una decena de trabajadores de Tragsa se encargan de eliminar la paredes medianeras de cada chalé para poder así quitar los materiales aislantes que no pueden ser reciclados y que deben eliminarse a mano. Tanto estos materiales como los plásticos, porexpán, madera o hierros serán tratados a parte y trasladados a Mac Insular. Los demás están empezando a ser triturados por una máquina que consta de un gran embudo en un lateral, por donde entran los restos de ladrillos que salen convertidos en "material inerte valorizado", que servirá para rellenar los terrenos hasta la cota que tenían en 1992."Esperamos acabar en los dos meses establecidos. Lo que pasa es que como las obras empezaron oficialmente el 26 de marzo, partimos a partir de ahí, por lo que habrá unos diez u once días de diferencia. En cualquier caso creo que lo importante era empezar", dijo Rovira, "esta obra se hubiera podido demoler en dos semanas, pero hubiera quedado como un campo de minas y sería imposible separar los materiales.

Un vivero dentro del solar

Otro de los aspectos importantes y que preocupan tanto a vecinos como a ecologistas es el hecho de cómo quedará el solar. Una serie de biólogos y geólogos del Govern están estudiando sobre el terreno las cotas hasta donde deben llegar las capas de tierra y arena y qué plantas autóctonas se mantendrán. El conseller Rovira adelantó que ya se ha habilitado un pequeño vivero con las plantas rescatadas de las obras y que se unirán, una vez terminada la demolición efectiva, a los tamarindos, sabinas, orquídeas y un sustrato de tierras superficiales que contienen también semillas de la flora local.

Ayer se anunció también que parte de los 1.900 m3 que faltarán para llegar a la cota original del antiguo sistema dunar de ses Covetes, se traerán de una cantera cercana donde ya en 1994 la promotora de los 68 apartamentos de Torre Marina depositó los escombros y tierras provenientes de las excavaciones previas para la construcción interrumpida un año más tarde.