(Diario de Mallorca, 9/11/2011)

El puente del Riuet va perdiendo su silueta, mientras Pastor acusa al Pacto de 2003 de desequilibrar sus números

SEBASTIÀ SANSÓ. PORTO CRISTO. O quizás sería mejor aventurase por un título de película, y alargarlo a nueve semanas y media, quien sabe. Y es que aunque el ritmo de trabajo marcado por la empresa especialista Erri-Berri no cesa, las pasadas lluvias y la complejidad de derribar un puente "realmente muy bien hecho" (según los propios trabajadores navarros), hace que los plazos ordenados por el Tribunal Superior de Justicia de las Balears (TSJB) estén el peligro.

Las obras, que comenzaron el pasado lunes 26 de septiembre, deberían estar finiquitas (eso significa sin rastro alguno de que el puente hubiera existido) en un periodo de entre 6 y 8 semanas. Es decir que, como máximo, la última piedra debería ser eliminada el domingo 20 de noviembre, coincidiendo con las elecciones generales; o sea, dentro de once días. Desde el Ayuntamiento, el pacto de gobierno PP-AIPC, en un principio había mantenido que el proyecto estaría completo "a finales de noviembre". A día de hoy se reconocen las dificultades técnicas sobrevenidas.

Por lo que respecta a los ´kilos´ que el ´paciente´ de Porto Cristo está obligado a perder (276.000 euros después de la adjudicación), el alcalde Antoni Pastor (PP) ya ha reconocido finalmente que se siente una especie de cabeza de turco; alguien que ha tenido que manchar su expediente económico al frente del consistorio, "por tener ahora que reservar una partida de 980.000 euros para un puente que se gestó entre 2002 y 2003, cuando el PP ni estaba en el gobierno local".