Sant Joan: Correa intentó camuflar el exceso de obra de su chalet |
(Diario de Ibiza, 9/10/2009)
Una posible confusión policial atribuyó al conseller balear Jaume Carbonero la recepción de unos mensajes de voz que en realidad fueron dirigidos al teléfono del concejal de Sant Joan Jaume Marí
IBIZA | JOAN LLUÍS FERRER / M. M. El jefe de la trama Gürtel, Francisco Correa, y el arquitecto del chalet que se estaba construyendo en sa Cala de Sant Vicent, Josep Torres, ordenaron tapar físicamente las partes de la casa que se habían construido indebidamente para ocultarlas a la vista de las instituciones públicas, según se desprende de las conversaciones grabadas por la Policía y que aparecen en el sumario, al que ha tenido acceso este periódico. Correa y Torres, ex presidente del Colegio de Arquitectos en las Pitiusas y autor del proyecto de la mansión de Michael Cretu, dialogan sobre los detalles de esta operación de camuflaje que, de todos modos, resultó inútil, puesto que, como afirma el arquitecto, quince días antes la obra había sido objeto de un completo reportaje fotográfico por los celadores urbanísticos.
Torres, según las conversaciones que mantuvo con Correa, escuchó cómo éste le contaba su intención sobornar al aparejador municipal para que realizara un informe que permitiera levantar la paralización que pesaba sobre la obra y, sin embargo, en ningún momento Torres se distanció de dicho propósito. Por el contrario, sólo le aconsejó esperar.
En una conversación posterior entre Correa y su colaborador Julio Martín Viciana, el cabecilla de la trama le refiere la conversación con Torres sobre el camuflaje de las partes ilegales de la casa. «Ha dicho [Josep Torres] que no se puede tapar nada porque se han metido [los celadores] y han hecho fotos por todos los lados, y que menos mal que se tapó lo de debajo de la piscina y el gimnasio, que es más edificabilidad». Además, Correa ordenó despedir al encargado de la obra «porque le mandó camuflar la escalera y no lo ha hecho», según otros resúmenes de la Policía sobre las conversaciones intervenidas.
Una nueva prueba de la implicación de Torres en el intento por tapar la ilegalidad cometida se encuentra en una conversación entre otro de los jefes de la red de corrupción, Pablo Crespo, y Julio Viciana. «Julio dice que hoy se reunía el arquitecto con el aparejador, que el arquitecto le dijo que ´cómo podríamos hacer una maniobra seminocturna´, es decir, que el Ayuntamiento nos dejara cuatro o cinco días para tapar lo que está fuera de ordenación», afirma el sumario.
Equivocación sobre Carbonero
Por otra parte, los informes de la investigación que aparecen en el sumario se habrían equivocado, casi con total seguridad, al identificar el destinatario de los mensajes de voz enviados por Correa para intentar influir sobre el aparejador municipal. La Policía interpreta que esas llamadas las hizo Correa al conseller de Obras Públicas del Govern, Jaume Carbonero, pero en realidad fueron efectuadas a Jaume Marí, Jaume de Can Gat, concejal de sa Cala y responsable de Turismo del Ayuntamiento de Sant Joan. De hecho, cuando ayer este periódico llamó al teléfono que en el sumario aparece atribuido a Carbonero, quien contestó resultó ser el concejal de Sant Joan.
Jaume Marí confirmó que ha dialogado en varias ocasiones con Francisco Correa durante el año pasado, dado que era cliente habitual del restaurante del concejal, situado en sa Cala de Sant Vicent. Aprovechando estas comidas en su local, Correa le pidió varias veces que le desbloqueara la paralización de la casa. «Él lo que quería es que le dejáramos continuar las obras, aunque yo no soy concejal de Urbanismo, sino de Turismo, pero como soy de allí...», explicó ayer a este periódico. «Él me decía: ´Sóis unos cabrones, no me dejáis terminar la obra´, a lo que yo le contestaba que le dejaríamos terminar la obra cuando se adaptara a la licencia», continuó.
«Se enfadaba porque le teníamos paradas las obras», recalcó el concejal, quien confirmó haber recibido dos mensajes de voz de Francisco Correa en su teléfono móvil, pero afirma que no le contestó. «No tengo el teléfono para este tipo de cosas, si quiere algo, que venga al Ayuntamiento», señaló Jaume de Can Gat.
De hecho, la firmeza mantenida por el Ayuntamiento en este caso llegó a exasperar a los responsables de la trama, que no veían la manera de lograr que se levantara la paralización, pese a que Correa demuestra en varias conversaciones tener un interés muy especial por esta vivienda. «Otra cosa que se puede hacer es una nueva licencia», plantea Julio Viciana en conversación con Correa. Viciana se despide de él diciendo: «Estos isleños son la hostia».
Correa hubo de enfrentarse también a una demanda presentada en los juzgados por un ciudadano alemán de sa Punta Grossa, que denunció al cabecilla de la trama Gürtel, a su arquitecto, al constructor y a todos los implicados en la casa por realizar obras ruidosas en temporada turística. Finalmente, Correa accedió a llegar a un acuerdo con el afectado, pagando una compensación económica, y renunciando a ir a juicio.
Tráfico de influencias
La Policía, en el sumario, observa un indicio de delito de tráfico de influencias en las llamadas efectuadas por Correa al concejal Jaume Marí –aunque el documento policial sigue diciendo que se hicieron a Jaume Carbonero–, dado que estaría intentando influir sobre una autoridad pública para conseguir una resolución favorable por parte de un funcionario.
Por su parte, el Ayuntamiento de Sant Joan emitió ayer una nota en la que reitera que fue el alcalde, Antoni Marí Marí, en persona quien «dio la orden de paralizar las obras de ampliación de la casa que el cabecilla de la trama Gürtel, Francisco Correa, posee en este término municipal, por no ajustarse al proyecto que presentó para la reforma de una vivienda ubicada en Punta Grossa, en 2006».
El mismo comunicado señala que sobre esta vivienda ya ha recaído una sanción económica, en mayo de 2006, por la realización de trabajos durante la temporada turística, en que está prohibido.
«Interpreté lo del Rolex en plan humorístico», dice ahora el arquitecto
Josep Torres afirma que la obra «no es ilegal» y que no trató de ocultar nada
IBIZA | J. LL. F. El arquitecto Josep Torres aseguró ayer a este periódico que la casa de Correa «no tiene ningún problema, ni ninguna denuncia de infracción urbanística, ni ninguna historia». Únicamente, relató, «se omitió el trámite de pasar el expediente por la dirección general de Litoral».
Al preguntarle por qué no reaccionó advirtiendo a Correa del delito que suponía intentar sobornar al aparejador municipal, Josep Torres contestó: «Quien conoce a Correa sabe que expresiones de este tipo se pueden interpretar humorísticamente, como una chorrada, una fantasmada».
En relación a sus esfuerzos por tapar y camuflar las partes construidas ilegalmente en la vivienda de sa Cala, el arquitecto negó haber realizado estos intentos, pese a lo que consta en sus conversaciones grabadas por la Policía (ver transcripción en esta página). «No es que hubiera que taparlo. Eran intervenciones de futuro, por si más adelante, si esta casa se amplía, se hacían esas cosas». Aseguró que las estructuras que se intentaron tapar «no están hechas», pero cuando este periódico le leyó sus propias palabras al respecto en las conversaciones grabadas por la Policía, contestó: «No sé a qué se refieren».
También confirmó que tanto él como Correa tenían interés en continuar construyendo, a pesar de que estaba vigente en esa temporada el bando municipal que suspende las obras en verano. «Que te paren la obra en esos momentos es una putada y por eso intentamos agilizar un informe», señaló.