(Diari de Balears, 21/07/2009)

Sant Antoni dice que la ley permite que el material inerte permanezca enterrado en la montaña siempre y cuando lo autorice Medio Ambiente. Ha retenido parte del pago de la obra para costear el posible traslado a un vertedero

IBIZA | E. RODRÍGUEZ. La empresa navarra Construcciones y Excavaciones Erri-Berri S.L., adjudicataria de las obras de derribo de la mansión ilegal de Michel Cretu, deberá tramitar ante la conselleria balear de Medio Ambiente un permiso para que los restos de obra sepultados en la cima se queden allí, en lugar de trasladarlos a uno de los dos vertederos autorizados de la isla. Salvo los materiales contaminantes como hierro o plástico, la mayor parte de la tierra y restos de bloques y ladrillos han quedado enterrados en el mismo lugar donde se levantaba el inmueble del músico rumano, contraviniendo así lo establecido en el contrato con la empresa adjudicataria.

De hecho, fuentes de las empresas que explotan las únicas dos canteras en vías de regeneración de la isla que aceptan restos de obras (la de Santa Bárbara, en Jesús, y Cala Tarida) aseguran que no tienen constancia de la entrada de materia inerte procedente de las obras de la demolición de la casa de Santa Agnès, aunque en el caso de la de Cala Tarida tampoco descartan que pudiera haber descargado algún camión. El teniente de alcalde de Sant Antoni , Joan Pantaleoni, insiste en que se trata de material inerte, ya que los elementos como hierro y plástico han sido trasladados al gestor de residuos que corresponde, en este caso la empresa de reciclajes de Ca na Negreta. También indica que no todo el material inerte ha quedado sepultado en la cima, ya que «han salido muchos camiones de allí cargados con este tipo de residuo».

Pantaleoni asegura que, al parecer, la ley permite dejar allí el material inerte, aunque al ser un espacio protegido (Área Natural de Especial Interés) se necesita tramitar, previamente, una autorización de la conselleria balear de Medio Ambiente. «Se ve que la empresa no lo tuvo en cuenta», dice el edil, que asegura que el Consistorio ha requerido a la constructora adjudicataria de las obras que haga las gestiones que correspondan ante la conselleria balear de Medio Ambiente para que ésta autorice, si cabe, que los restos enterrados queden sepultados en la cima de Santa Agnès. En el caso de que Medio Ambiente se pronuncie en contra, la constructora navarra se verá obligada a desenterrar los restos de obra y trasladarlos a alguno de los dos vertederos autorizados de la isla, según Pantaleoni.

En previsión de que la empresa no asumiese su obligación de retirar el material de obra de la demolición, el Consistorio ha retenido una parte de la última certificación del importe de la obra para costear el traslado de los restos enterrados a un vertedero. «Si Medio Ambiente autoriza que el material pueda quedar allí, se pagará lo que resta, pero si no es así, la empresa tendrá que retirarlo y, de no hacerlo, lo haremos nosotros de forma subsidiaria», asegura Pantaleoni, que calcula que la conselleria balear de Medio Ambiente podría tardar unos meses en resolver la solicitud de la constructora.

Cambio de postura

Inicialmente, y en contra de lo que mantiene ahora, el Ayuntamiento no se planteaba la posibilidad de que los restos de la demolición se quedaran enterrados en la montaña. «Pagamos para que se lleve al vertedero, no para que se deje allí», señaló el teniente de alcalde tras ser informado de las primeras denuncias hechas por el grupo de la oposición de Sant Antoni a finales de mayo. Precisamente, Pantaleoni aseguró entonces que iba a reclamar a la constructora los partes de entrega de los escombros a los vertederos autorizados, que, al menos, suman unas 80 toneladas. «Si se ha enterrado algo, se desenterrará», dijo en ese momento.

Inspección y tierra de la autovía

IBIZA | E. R. A finales de mayo una inspección efectuada por celadores del Consell y de la conselleria balear de Medio Ambiente constató que parte de los escombros generados por las obras de demolición de la mansión de Cretu se habían enterrado en la cima de la montaña en lugar de haberlos trasladado a uno de los dos vertederos autorizados de la isla. El conseller insular de Medio Ambiente, Albert Prats, no excluyó incluso la posibilidad de que parte del material detectado en la cima de este monte de Santa Agnès pudiera proceder de vertidos de desechos de las obras de las autovías.

Días después, celadores del Ayuntamiento y del Consell acudieron al lugar para realizar unas catas con máquinas excavadoras con lo que comprobaron la existencia de escombros, aunque no de materiales contaminantes. Los técnicos comprobaron, además, que ya se habían plantado pinos en la zona para favorecer su repoblación.

Construcciones y Excavaciones Erri-Berri S.L. se adjudicó las obras de demolición de la casa al presentar una oferta muy ventajosa económicamente (se comprometió a ejecutar el derribo con un coste de 346.653 euros cuando el presupuesto de salida de la contrata era de 900.000 euros). El 7 de mayo las excavadoras comenzaron el derribo físico y concluyeron dentro del plazo de 21 días previsto.