![]() |
Capdepera: Guardia Civil descarta que el Son Moll se derrumbara por las fuertes lluvias |
(El Mundo, 27/02/2009)
E. Fueris | E. Colom | Capdepera. Los informes de la Unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil descartan que el hundimiento del Hotel Son Moll de Cala Rajada se produjera a causa de la acumulación de agua provocada por el temporal que estuvo azotando el norte de la Isla desde 48 horas antes. Si bien la Benemérita admite desconocer las causas del suceso, las inspecciones realizadas permiten desechar la hipótesis esgrimida por el arquitecto de la obra, Arturo Vila y por la familia Serrano, propietaria del hotel, quienes desde el primer momento atribuyeron a la lluvia la responsabilidad del derrumbe calificándola como «factor clave» del accidente.
El derrumbe del hotel Son Moll, ocurrido en la mañana del pasado 16 de diciembre, se cobró la vida de cuatro obreros que se encontraban en ese momento faenando en las obras de reforma del hotel. Ismael Rodríguez, José Manuel Fernández, Ahmida Tahrioui y Mohamed Zanani, estos dos últimos de nacionalidad marroquí, acabaron sepultados mientras trabajaban en unas obras que no disponían de licencia.
El informe técnico de la Policía Judicial, compuesto de un exhaustivo reportaje gráfico, fue elaborado tras una inspección ocular en plena zona cero realizada el 16 y el 17 de diciembre. Posteriormente, el 26 de enero, se llevaría a cabo una nueva inspección con la que se amplió el atestado. El instructor concluye que las causas del derrumbe se desconocen y encomienda a peritos expertos la determinación de las mismas. A lo que sí alcanza el análisis del Instituto Armado es a rechazar de plano que la climatología provocara el hundimiento y hace referencia expresa a la declaraciones del arquitecto en las que aseguraba que el forjado se había desplomado a causa de una acumulación de agua en la cubierta superior.
«Estas causas son poco probables o nulas», sentencia el informe antes de respaldar esta afirmación argumentando que «la terraza donde supuestamente se acumula el agua tienen varios sumideros abiertos, cinco aperturas en uno de los lados capaces de evacuar el agua necesaria para originar el peso capaz de producir el derrumbe».
Asimismo, esta conclusión incluye la constatación de hechos que permiten descartar la hipótesis de la acumulación de agua: «Es destacable que no se aprecia marca alguna en las paredes de haberse acumulado agua (efecto piscina) y que las ropas de los fallecidos estaban secas».
La familia Serrano, propietaria de otros hoteles en Cala Rajada como el Clumba y S’Entrador, afirmó inmediatamente después del suceso que «los primeros indicios apuntan a que la tempestad de lluvia y viento caída en la zona puede haber sido el factor clave que haya originado el trágico accidente» y agregaba que «ya se está colaborando con las administraciones pertinentes para esclarecer las causas del trágico accidente».
El informe de la Guardia Civil contradice esta versión de los hechos y coincide con la de los trabajadores que han estado prestando declaración en los juzgados de Manacor, quienes siempre han negado que hubieran observado acumulaciones de agua en la cubierta.
Por otra parte, el arquitecto municipal, Salvador Juan Mas, fue interrogado el pasado viernes por la jueza instructora,Martina Mora, para explicar las hipótesis que incluyó en su informe del 16-D como causa del hundimiento. En dicho informe aseguraba que las causas podrían haber sido «múltiples» y destaca la posibilidad de la falta de apuntalamiento o la acumulación de peso por agua, esta última sólo en caso de que alguna bajante se hubiera obstruido.
Hipótesis sobre el accidente aparte, varios trabajadores que salieron ilesos del accidente ratificaron ante Mora el pasado martes que las medidas de seguridad con las que contaba el hotel eran insuficientes e incluso deficientes en algunos casos. Los declarantes, Rodrigo Toro, Javier Gutiérrez y Miguel Navarro, aseguraron que mientras que las medidas de protección personal eran las correctas («no te podías quitar el caso ni para ir al wáter»), las de seguridad colectiva dejaban mucho que desear, «principalmente porque la obra no estaba apuntalada tal como debería», explicó Gutiérrez.
No obstante, los obreros matizaron que sería «aventurado» asegurar que las deficiencias en el apuntalamiento fueron «la única causa» del derrumbe.