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Los alcaldes admiten que en todos los municipios se inician obras sin licencia |
(Diario de Mallorca, 21/12/2008)
Los ediles reconocen que se tarda un mínimo de medio año en conceder los permisos necesarios para ejecutar la reforma de un hotel
F. GUIJARRO. PALMA. Todos los municipios mallorquines cuentan con obras de construcción y reforma de edificios que se han puesto en marcha sin la correspondiente licencia, según admiten alcaldes de todo color político. El problema, según se señala, pasa tanto por la falta de personal propio para revisar los proyectos con la suficiente celeridad como por la lentitud en los trámites preceptivos que en algunos casos deben realizar otras administraciones, como Costas. De este modo, se afirma que para obtener los permisos necesarios para desarrollar una reforma hotelera como la prevista en el Son Moll de Cala Rajada se necesita un mínimo de medio año. Según la patronal de constructores de Balears, sólo Palma ha conseguido rebajar estas demoras.
El alcalde de Manacor, Antoni Pastor (PP), no oculta que su Consistorio tarda de nueve a diez meses para conceder una licencia para obra mayor, y ello a pesar de que la crisis económica ha recortado sustancialmente el volumen de peticiones que se reciben. El problema radica, en su opinión, en que el urbanismo ha alcanzado tal nivel de complejidad que los técnicos se ven obligados a "afinar mucho" a la hora de tramitar un proyecto. Pastor señaló su intención de reforzar este departamento, pero reclamó al Govern que ayude mediante algún tipo de convenio con el Colegio de Arquitectos de las islas.
El alcalde de Son Servera, Josep Barrientos (PSOE), coincide con su homólogo de Manacor en que la falta de personal municipal dificulta que las licencias se puedan conceder antes de medio año -señala en que su departamento de Urbanismo ha estado vacío algún día por la coincidencia de vacaciones con bajas por enfermedad-, y destaca que la situación se agrava mucho cuando se depende de otras Administraciones como la conselleria de Medio Ambiente o la Demarcación de Costas. Todos los ediles coinciden en calificar este último organismo como "especialmente lento" a la hora de elaborar sus informes.
De esta forma, tanto Pastor como Barrientos reconocen que en todos los municipios se producen inicios de obras sin contar todavía con la licencia municipal, lo que en su opinión no significa que no se adopten las necesarias medidas de seguridad. Este último indica que aunque en algunos casos se emiten órdenes de paralización, nunca se llega a ejecutar el precinto. Por ello, ambos consideran injustas las críticas que está recibiendo el alcalde de Capdepera, Bartomeu Alzina, por lo sucedido en el hotel Son Moll.
El primer edil de Alcúdia, Miquel Ferrer (UM), coincide con los anteriores en que para conseguir una licencia para la reforma de un hotel se puede tardar medio año o más, y admite también que en muchas ocasiones los trabajos comienzan antes de haber conseguido la licencia, ante la necesidad de que estas obras estén concluidas al inicio de una nueva temporada turística. Sin embargo, hace hincapié en que este hecho no supone que se rebajen las exigencias en materia de seguridad.
En opinión de Ferrer, una de las causas de estas demoras hay que buscarla en el "marasmo" de legislación existente en materia urbanística, y apunta también a otras administraciones como las causantes de los retrasos, especialmente cuando se trata de informes de Costas.
El concejal de Urbanismo de Sant Llorenç des Cardessar, Joan Planas (GISCa), apunta que se tarda al menos tres meses en conceder una licencia, pero sólo en el caso de que no aparezca ninguna deficiencia o no se dependa de informes de otros organismos, ya que entonces el plazo se eleva.
Según los constructores, el ayuntamiento de Palma es el único que ha conseguido paliar esta situación, aunque se apunta que en este aspecto ha podido influir tanto la actuación de su alcaldesa, Aina Calvo (PSOE), como el descenso en el número de proyectos que se presentan. Esta valoración es confirmada por el propio Consistorio palmesano, que asegura que actualmente se tardan tres meses en otorgar un licencia de obra mayor.
Los constructores colocan en el otro lado de la balanza al ayuntamiento de Andratx, al que acusan de registrar las mayores demoras. Su alcalde, Francesc Femenias (PSOE), reconoce el problema, pero recuerda el caos heredado por los escándalos de Eugenio Hidalgo, que provocaron la paralización de su departamento de Urbanismo durante semanas.
Los constructores destacan que los ayuntamientos incumplen la Ley al superar los tres mesesF.G. PALMA. El director de la asociación de constructores de Balears, Manuel Gómez, afirmó que la mayoría de los ayuntamientos de Balears -con la única excepción de Palma- están incumpliendo la legislación de forma reiterada, ya que el plazo para tramitar una licencia de obra mayor debe ser de un máximo de tres meses, cuando en la realidad se tardan siete, ocho o incluso más.
Manuel Gómez indicó que las empresas constructoras tienen la opción de recurrir a los Consells Insulars cuando se superan esos tres meses [Nota de Disúrbia: no és cert, aquesta possibilitat va desaparèixer amb la promulgació de la Llei 20/2006, municipal i de règim local de les Illes Balears], pero admitió que esa vía no se utiliza porque "hay que volver a pasar por el Consistorio para obtener el certificado de final de obra, y el hecho de haberle puenteado suele generar malestar".
El director de la patronal isleña señaló que los mayores retrasos se están dando en Andratx, pero destacó que el problema existe en la práctica totalidad de los municipios.
Además reivindicó la necesidad de que las normativas municipales se adapten a la ley autonómica sobre contaminación acústica, de forma que no esté totalmente prohibida la ejecución de obras en las zonas turísticas durante el verano, sino que éstas se vean limitadas únicamente en su horario, tal y como se hace en otras zonas turísticas del Mediterráneo.
Los hoteleros califican de ´problema absoluto´ la demora en las licencias municipales
F. GUIJARRO. PALMA. El presidente de la asociación de cadenas hoteleras de Balears, Aurelio Vázquez, calificó de "problema absoluto" las demoras que se padecen a la hora de conseguir una licencia de obras para modernizar cualquier establecimiento de alojamiento turístico, al considerar que estas situaciones están frenando proyectos cuyo objetivo es elevar la competitividad de las islas como destino turístico.
Vázquez defendió que resulta imprescindible que se apliquen medidas destinadas a agilizar estos trámites, pero subrayó que eso no supone bajo ningún aspecto que se tengan que reducir las medidas destinadas a garantizar la seguridad en este tipo de proyectos.El presidente de la asociación de cadenas hoteleras confirmó que son necesarios al menos seis meses para conseguir las licencias municipales, lo que supone un serio problema cuando el cierre de un establecimiento turístico de Balears suele registrarse a finales de octubre para volver a abrir sus puertas en abril. Lo limitado de este plazo hace que cualquier demora pueda repercutir en la fecha de reapertura, con importantes perjuicios económicos.
Aurelio Vázquez recordó que dos son las medidas básicas que el sector hotelero está negociando con la conselleria de Turismo para la elaboración de un nuevo decreto. En primer lugar, la adopción de medidas que permitan agilizar los trámites para la obtención de licencias de obras. Y en segundo lugar, que se acepten proyectos que supongan una mejora cualitativa de los hoteles -sin que se registren aumentos de plazas, aunque sí conlleven un aumento de la edificación- pese a que éstos no estén contemplados en las normativas urbanísticas de cada municipio.
Sobre estos últimos, señaló como ejemplo la construcción de piscinas cubiertas, ampliación de las zonas de restaurante o de los salones, instalación de escaleras de incendios, u otros similares que supongan un aumento de la competitividad.
Aurelio Vázquez manifestó que este es un "momento óptimo" para poner en marcha este tipo de iniciativas, al considerar que permitirán mejorar una planta hotelera que en muchos casos tiene 30 y 40 años de antigüedad, y al mismo tiempo elevar la actividad en el sector de la construcción. Por ello, consideró que sería muy negativo que alguien quisiera vincular estas medidas con lo sucedido en el hotel Son Moll, al afirmar que bajo ningún concepto se pretenden rebajar los niveles de seguridad.