(Diario de Mallorca, 3/06/2008)

BIEL BERGAS. MARIA DE LA SALUT.  Sigue la polémica por la construcción de los 20 adosados en Son Puig, tras la iglesia de Maria.

En el último pleno, en el capítulo de ruegos y preguntas, Martí Ferriol, portavoz del PSOE, preguntó al equipo de gobierno acerca de estas obras puesto que "no hay placas indicativas en el lugar donde se llevan a cabo los trabajos" comentó. Además, "tienen un tramo de la calle Major sembrada de indicadores de prohibido aparcar para que puedan pasar los camiones en prejuicio de los residentes de esta vía, que no pueden aparcar sus vehículos, y se ha tapado la señal de tráfico que impide el paso a los camiones de más de 8,5 toneladas por lo que transitan en dirección prohibida cuando les apetece" añadió. El edil que calificó de "vergonzosa" esta situación indicó que "gozan de unos privilegios que los demás vecinos no tienen".

Por su parte, el alcalde, Antoni Mulet (PP), alegó al respecto que es un asunto polémico que tiene difícil solución". "Sólo tienen licencia para alinear y excavar los viales y para cerrar la obra, pero parece que han hecho algo más" explicó, al tiempo que aseguró que carecen de la licencia correspondiente. "Les hemos notificado que paren las obras y no han hecho mucho caso. No empezarán sin el correspondiente permiso" prosiguió.

En cuanto a la ocupación de la calle, el primer edil indicó que fue una propuesta de la Policía Local para "evitar problemas". "Lo pidieron para unos quince días y abonaron la tasa correspondiente" detalló Mulet que dijo ser "consciente" de que es "una molestia para los vecinos". "Tienen toda la razón y haremos lo necesario para resolver este complicado asunto", apuntó.

Quejas y amenazas vecinales

Uno de los vecinos, asistente al pleno y afectado por las obras, explicó que "está muy claro que han trabajado no sólo en los viales ya que que han llegado a derribar un muro situado en el solar de mi propiedad". "No entiendo como no se obliga a cumplir las leyes a esta empresa", aseveró.

Otros vecinos no están dispuestos a dejar pasar otra vez los camiones. "Han estropeado el asfalto, han arrancado señales de tráfico, han provocado daños en una fachada y suciedad en nuestros domicilios, denuncian.