Andratx: la fiscalía estudia denunciar a la mano derecha de Massot en el Ayuntamiento |
(Diario de Mallorca, 28/05/2008)
La Audiencia atribuye a una funcionaria la desaparición de documentos inducida por el condenado
FELIPE ARMENDÁRIZ/J.F.MESTRE. PALMA. La fiscalía anticorrupción está estudiando si denuncia a Ángela Hernández, una funcionaria municipal que fue durante años la mano derecha de Jaume Massot, el ex factotum del urbanismo en Andratx condenado por la sección segunda de la Audiencia a tres años y medio de cárcel por dos delitos de corrupción. En dicha sentencia el tribunal apunta claramente a Hernández como la funcionaria responsable de la desaparición de varios documentos claves en expedientes de disciplina urbanística abiertos contra el entonces alcalde de Andratx, Eugenio Hidalgo, condenado a un total de 4 años de cárcel por construirse un "espléndido chalé unifamiliar y aislado en una finca rústica protegida como área rural de interés paisajístico".
La sala segunda no ha incluido en la primera sentencia por una pieza separada del caso Andratx la orden de que se abra una investigación por la desaparición de los documentos, una deducción de testimonio que pidieron los fiscales Carrau y Horrach en la vista oral.
Sin embargo, una parte del fallo judicial se ha dedicado a analizar la trascendencia de la ausencia de los documentos en los expedientes disciplinarios y la posible autoría de su desaparición.
Los papeles que se perdieron en una de las carpetillas fueron los siguientes: una denuncia manuscrita del celador municipal Jaime Gibert, condenado a 4 meses; un acta de inspección del Consell de Mallorca; el decreto de nombramiento de Ana María Abarca como instructora de los expedientes, y la propuesta de demolición de las obras ilegales efectuadas por el alcalde Hidalgo.
Los magistrados explican que "peor suerte corrió el expediente de suspensión de obras que se incoó: desapareció en su totalidad".
La sentencia examina, a continuación, quiénes de las personas con acceso a ambos expedientes, "que no estaban cosidos ni foliados", pudieron haberse apropiado de los documentos.
Las principales sospechosas eran la secretaria Ana María Abarca y Ángela Hernández, pero los magistrados apuntan hacia ésta última. La sala culpa también en último extremo de estas, y otras, anomalías en expedientes de disciplina urbanística a Jaume Massot, "que no lo hizo por sí mismo, sino valiéndose de la impagable colaboración de su más fiel funcionaria, que no era otra que Ángela Hernández". Ésta no tenía ningún interés personal en demorar o paralizar los expedientes contra el alcalde Hidalgo, "ni daba un paso sin la aquiesciencia de Massot", que demostró estar al tanto de lo que ocurría y quería ayudar a su amigo el alcalde.
Las defensas de Massot, Hidalgo y el abogado Mir, también condenado, estudian sus posibles recursos de casación ante el Tribunal Supremo.