Andratx: los peritos advierten que la casa de Hidalgo debe derribarse |
(Diario de Mallorca, 8/05/2008)
Dos de los tres técnicos afirman que el ayuntamiento de Andratx no podía aprobar la licencia que se otorgó al alcalde
J.F. MESTRE/T.ANDÚJAR. PALMA. El ayuntamiento de Andratx no podía otorgar una licencia al ex alcalde Hidalgo para construir una nave agrícola en un terreno rústico. Así lo determinó ayer Rafel Balaguer, arquitecto, que declaró como perito de la fiscalía en el juicio por las presuntas irregularidades urbanísticas cometidas por el ex edil popular de Andratx.
El peritaje de Balaguer se enfrentó al experto presentado por el abogado de Jaume Massot. Su perito, Rafael Munar, ex arquitecto municipal de sa Pobla, mantiene que sí existía cobertura legal para autorizar esta licencia, con independencia de que después la construcción realizada no se ajustara a dicha licencia. El presidente del tribunal recordó al perito las consecuencias del falso testimonio. En cualquier caso, su testimonio tuvo poco peso en la sala.
Lo que realmente se discutió en la prueba pericial es si el Ayuntamiento podía autorizar o no que una antigua caseta de aperos pudiera servir de base para permitir una ampliación de una nave agrícola, y que si para tomar esta decisión era necesario pedir un informe a la conselleria de Agricultura. Rafel Balaguer, el perito de la acusación, no tenía dudas: era necesario el informe de la Conselleria y, aún así, no se podía firmar esta licencia. Para mantener esta afirmación recordó que el solar del alcalde no dispone de la extensión mínima que se exige en la ley de terrenos rústicos. La finca de Andratx tiene una superficie de unos 3.000 metros cuadrados. Para poder levantar una construcción el terreno mínimo es de 14.000 metros cuadros, o sea, dos cuarteradas.
Balaguer visitó personalmente la construcción del alcalde. En su visita pudo comprobar que no se trataba de una nave agrícola, como decía la licencia, sino de una vivienda. Además, la antigua casa de aperos que se había utilizado como base para autorizar la nueva construcción literalmente había sido "derribada".
El perito reconoció que la ley sobre construcción en terrenos rústicos puede ser interpretable en algunos aspectos, pero destacó que lo que se pretende es evitar la masificación de estas edificaciones en solares inferiores a las dos cuarteradas. Por ello consideró que con independencia de que se hubiera solicitado o no el informe a Agricultura, la "licencia era ilegal y la construcción debe derribarse".
El arquitecto, a preguntas del abogado de Hidalgo, dijo que el proyecto que hizo el ingeniero Cañellas para construir una nave agrícola era inviable. "Yo podría dibujar un proyecto para realizar una construcción sobre la catedral. Sería inviable, pues aquí ha ocurrido lo mismo". Coincidió con este perito Jaume Munar, jurista experto en urbanismo, que consideró que el informe de Agricultura era necesario. En cambio, Rafel Munar opina que no era necesario porque en este terreno ya existía una actividad agrícola.
El perito que llevó el abogado de Hidalgo, que intentaba demostrar que la construcción realizada podría legalizarse si se derriba una parte del edificio, tuvo que rectificar su informe. Miquel Fiol, en un informe, dictaminó que podría legalizarse la construcción, dando por hecho de que se trata de una nave agrícola, si de los 100 metros de superficie se derriban 40. Tras ser preguntado por un magistrado del tribunal, recordándole que se había construido una casa y no una nave, ya puso en duda esta afirmación de su informe.
El juicio terminará hoy.
Un perito de la defensa hace el saludo militar
No todo el mundo está habituado a comparecer en un juicio, y menos en uno que llena páginas de diarios e informativos de radio y televisión. Puede ser que esa falta de costumbre y los nervios consecuentes traicionaran ayer a Jaume Munar, un perito requerido por la defensa de Massot para corroborar la legalidad de la licencia concedida a Hidalgo. Cuando se disponía a abandonar la sala tras declarar, se cuadró con el habitual saludo militar dirigiéndose al banquillo de los acusados. Su gesto no tuvo respuesta por parte de los encausados, pero llamó la atención por cuanto podía interpretarse como subordinación a alguno de ellos. [Nota de Disúrbia: tot això, en realitat, es refereix a l'actuació de Rafel Munar, no de Jaume Munar, com erròniament recull la notícia.]