Ecologistas en Acción denuncia 71 zonas de degradación en el litoral de la Isla |
Un informe señala actuaciones de variado impacto ambiental en 20 de los 24 municipios costeros - Andratx, Calvià, Campos y Felanitx, los más castigados - Culpa al Plan Territorial de perpetuar un «urbanismo salvaje»
ENRIQUE FUERIS
PALMA.- Banderas Negras 2007. Metástasis Costera es el título del informe presentado ayer por Ecologistas en Acción que realiza un exhaustivo inventario de las zonas del litoral español que sufren una degradación medioambiental como consecuencia de la acción humana. Mallorca es una de las regiones más castigadas con un total de 37 puntos negros (zonas con impactos significativos pero de gravedad menor) y 34 banderas negras (impactos de mayor gravedad). A nivel autonómico, Baleares se sitúa como la segunda comunidad con las costas más maltratadas (45 banderas y 51 puntos negros), justo por detrás de Andalucía (106 en total).
La federación ecologista pone sobre el tapete todo tipo de actuaciones que contribuyen a mermar la calidad ambiental de playas o tramos del litoral: vertidos contaminantes, agresiones urbanísticas, etc. Los booms turísticos de los últimos 40 años son el gran vertebrador, según este informe, de «la gran presión sufrida en el litoral y en zonas de gran interés natural y ecológico».
El Plan Territorial se encarga de perpetuar este crecimiento urbanístico en Mallorca, prosigue el texto, donde «incrementa el suelo edificable con unas previsiones urbanísticas de 5.000 hectáreas en 10 años en un suelo ya de por sí bastante saturado».
Andratx, Calvià y Campos son los máximos exponentes de este nivel de degradación del litoral con actuaciones como la urbanización de Cala Blanca, la ampliación de Port Adriano o la degradación del sistema dunar de Es Trenc. Los siguientes nombres en la lista de degradación ecológica son los de municipios como Felanitx, Manacor, Pollença o Artà. En total, 20 de los 24 municipios de la costa mallorquina están señalados por agresión medioambiental. El informe tan sólo salva de la quema a Fornalutx, Escorca, Sant Llorenç y Alcúdia.
Entre los factores desencadenantes de la enfermedad medioambiental de nuestras costas, la federación ecologista sitúa la proliferación de campos de golf y de puertos deportivos como uno de los más relevantes. En el caso de los campos de golf su construcción supone una importante agresión, ya que «consumen los recursos naturales y fomentan un turismo insostenible». Los puertos deportivos contribuyen igualmente a la destrucción del litoral. En la actualidad existen 43 puertos e instalaciones náuticas con casi 22.000 amarres.
Las desalinizadoras y las depuradores son otros de los agentes de destrucción más letales. Las primeras «requieren un enorme consumo de energía, lo cual conlleva la construcción de otra central eléctrica con la que se aumentan las emisiones de CO2 a la atmósfera y se contribuye de esta manera al cambio climático». La deficiencia de las depuradoras (existen 89 en Mallorca) a la hora de eliminar los nutrientes «repercute muy negativamente en las aguas costeras, ya que altera los ecosistemas colindantes».
La contaminación agrícola, la construcción de autopistas o la urbanización en ecosistemas dunares son otras de las causas de este «suspenso» en protección medioambiental. Como remedio, los ecologistas proponen medidas como moratorias urbanísticas y de puertos deportivos o la elaboración de planes para el abandono y retroceso de las principales infraestructuras costeras.
Achaca a la corrupción el 'liderazgo negro' de Andratx
El informe elaborado por Ecologistas en Acción destaca el Caso Andratx como uno de los principales promotores de la degradación del litoral balear. No en vano, Andratx lidera la lista de metástasis costera con la otorgación de seis banderas negras (las urbanizaciones de Cala Blanca y Monport, la destrucción de dunas en Camp de Mar, la construcción de un bar en ANEI y las depuradoras de Sant Elm y Camp de mar) y un punto negro (la depuradora de Cala Marmassen).
Según la fundación ecologista, la presunta trama de corrupción urbanística ha provocado en este municipio «un desarrollo urbanístico salvaje». Como consecuencia «ha perdido la naturalidad de su costa, fomentándose la construcción ilegal en ANEI y áreas rurales de interés paisajístico».
El estudio concluye que los tres puntales de esta destrucción de la costa son «la concesión de licencias de obras en suelo rústico vía informes falsificados, la concesión de licencias de apartamentos en falsos suelos urbanos y la existencia de un Plan General de Ordenación Urbana datado en 1976 y que no estaba adaptado a las normas actuales»