Santa Margalida: dos establecimientos turísticos pasan sus plazas a residenciales ilegalmente |
(Diario de Mallorca, 18/02/2007)
El Ayuntamiento asegura que no permitirá la reconversión de los apartamentos, aunque ya los hay con gente viviendo
MATEU FERRER. STA. MARGALIDA.
Dos antiguos establecimientos turísticos en la zona de Can Picafort han hecho obras para reconvertir sus plazas a residenciales de manera ilegal, pues esta operación choca con la normativa urbanística.
Se trata de los apartamentos Espigol Beach, en la zona de Son Bauló, y el viejo hotel Marbella, en la primera línea del paseo marítimo, esquina con la calle Josep Trias. El primer caso es más flagrante, al haber personas que han comprado estos antiguos apartamentos turísticos como si fueran residenciales hace unos dos años, y desde entonces residen habitualmente en el edificio.
En agosto del año pasado el concejal de Independents, Antoni Reus, denunció esta reconversión y alertó al Ayuntamiento, que aprobó una moción para instar al Ejecutivo balear a prohibir esta práctica. En el pleno del pasado lunes, el concejal Reus insistió sobre esta cuestión, a lo que el edil de Urbanismo, Miguel Ordinas (CPU), informó que le constaba que en el Espigol Beach se habían hecho obras y vendido como viviendas particulares lo que eran pequeños apartamentos turísticos. Ordinas recordó que la conselleria de Turismo mantiene abierto un expediente a los promotores para dar de baja al establecimiento de su explotación turística, y éstos podrían enfrentarse además a una sanción que oscila entre los 30.000 y los 300.000 euros.
"Para nosotros han hecho una ilegalidad", aseveró Ordinas, quien añadió que por parte del Ayuntamiento "no se dará permiso para este cambio". Por su parte, Joan Monjo (UM) acusa Ordinas de haber hecho la vista gorda demasiado tiempo ante esta ilegalidad, y añade que "o es un incompetente o actúa con dejadez".
Mientras tanto, crece la preocupación entre los compradores, que se sienten víctimas de un engaño, del que se están dando cuenta progresivamente. Así, desde el mayo de 2006 los nuevos propietarios hicieron que constara ante el Registro de la Propiedad la división en propiedad horizontal de la finca. Además, han solicitado al Ayuntamiento la emisión de recibos de la contribución urbana individualizados, así como los contadores de agua, electricidad y otras tasas o impuestos, como el de recogida de basuras. Según un documento de constitución de comunidad de vecinos en dicho edificio, éste pasó a tener actividad residencial desde el 18 de junio de 2004.
Los problemas no acaban ahí, pues el resto de vecinos de chalés en la urbanización se oponen al cambio en diminutos apartamentos del Espigol Beach, y denuncian molestias por prostitución y ruidos. Así las cosas, la actual normativa urbanística prohíbe esta operación especulativa, aunque el Ayuntamiento ha desistido por el momento de precintar los bloques para evitar el desalojo de los nuevos vecinos. Éstos, por su parte, ya han buscado un abogado para defender sus derechos.
En el antiguo hotel Marbella el Ayuntamiento ha actuado con más celeridad, y tras detectar obras de reforma con el mismo fin, ha ordenado su precinto.
El Ayuntamiento asegura que no permitirá la reconversión de los apartamentos, aunque ya los hay con gente viviendo
MATEU FERRER. STA. MARGALIDA.
Dos antiguos establecimientos turísticos en la zona de Can Picafort han hecho obras para reconvertir sus plazas a residenciales de manera ilegal, pues esta operación choca con la normativa urbanística.
Se trata de los apartamentos Espigol Beach, en la zona de Son Bauló, y el viejo hotel Marbella, en la primera línea del paseo marítimo, esquina con la calle Josep Trias. El primer caso es más flagrante, al haber personas que han comprado estos antiguos apartamentos turísticos como si fueran residenciales hace unos dos años, y desde entonces residen habitualmente en el edificio.
En agosto del año pasado el concejal de Independents, Antoni Reus, denunció esta reconversión y alertó al Ayuntamiento, que aprobó una moción para instar al Ejecutivo balear a prohibir esta práctica. En el pleno del pasado lunes, el concejal Reus insistió sobre esta cuestión, a lo que el edil de Urbanismo, Miguel Ordinas (CPU), informó que le constaba que en el Espigol Beach se habían hecho obras y vendido como viviendas particulares lo que eran pequeños apartamentos turísticos. Ordinas recordó que la conselleria de Turismo mantiene abierto un expediente a los promotores para dar de baja al establecimiento de su explotación turística, y éstos podrían enfrentarse además a una sanción que oscila entre los 30.000 y los 300.000 euros.
"Para nosotros han hecho una ilegalidad", aseveró Ordinas, quien añadió que por parte del Ayuntamiento "no se dará permiso para este cambio". Por su parte, Joan Monjo (UM) acusa Ordinas de haber hecho la vista gorda demasiado tiempo ante esta ilegalidad, y añade que "o es un incompetente o actúa con dejadez".
Mientras tanto, crece la preocupación entre los compradores, que se sienten víctimas de un engaño, del que se están dando cuenta progresivamente. Así, desde el mayo de 2006 los nuevos propietarios hicieron que constara ante el Registro de la Propiedad la división en propiedad horizontal de la finca. Además, han solicitado al Ayuntamiento la emisión de recibos de la contribución urbana individualizados, así como los contadores de agua, electricidad y otras tasas o impuestos, como el de recogida de basuras. Según un documento de constitución de comunidad de vecinos en dicho edificio, éste pasó a tener actividad residencial desde el 18 de junio de 2004.
Los problemas no acaban ahí, pues el resto de vecinos de chalés en la urbanización se oponen al cambio en diminutos apartamentos del Espigol Beach, y denuncian molestias por prostitución y ruidos. Así las cosas, la actual normativa urbanística prohíbe esta operación especulativa, aunque el Ayuntamiento ha desistido por el momento de precintar los bloques para evitar el desalojo de los nuevos vecinos. Éstos, por su parte, ya han buscado un abogado para defender sus derechos.
En el antiguo hotel Marbella el Ayuntamiento ha actuado con más celeridad, y tras detectar obras de reforma con el mismo fin, ha ordenado su precinto.