EU-EV advierte que las nuevas obras del «reincidente» Becker en su mansión de Artà «no sólo son ilegales sino ilegalizables» |
(El Mundo, 5/08/2006)
El edil Adrià confirma que «la cancha de baloncesto, el patio y los techos de los pabellones de la piscina vuelven a exceder el volumen edificable permitido por la ley» «La única solución es demolerlas e imponer a Becker la máxima sanción», añade
ESTEBAN URREIZTIETA
PALMA.- Esquerra Unida-Els Verds (EU-EV) asegura que las nuevas obras realizadas por el ex tenista Boris Becker en su mansión mallorquina «no sólo son ilegales sino ilegalizables». El edil de esta formación en el municipio Julen Adriá destaca entre las reformas clandestinas realizadas por el tenista, «la construcción de una pista de baloncesto, el nuevo patio y los techos con los que se han recubierto dos de los edificios contiguos a la piscina». Su argumento pasa porque la edificabilidad de la vivienda estaba «completamente agotada»; «no se ha solicitado ninguna licencia»; y «en el caso de la pista de baloncesto, no estaba contemplada en el proyecto».
El deportista alemán ya se vio obligado a demoler 487 metros cuadrados de su mansión y fue multado por ello con 240.000 euros. De aquello hace ya tres años. A pesar del escándalo que se desató cuando tuvo que derribar buena parte de su casa, el que fuera el campeón más joven de la historia del torneo de Wimbledon, ha vuelto ahora a hacer lo mismo.
«Cuando Becker fue multado, demolió lo mínimo y descubrió algunas zonas como los edificios situados junto a la piscina», explica Adriá. No le quedó más remedio ya que había excedido la edificabilidad permitida en la parcela. Sólo podía levantar medio millar de metros cuadrados de edificaciones y finalmente construyó casi el doble.
En lo que respecta a la solución a la que podría agarrarse el ex tenista después de haber vulnerado de nuevo las normas urbanísticas, el edil considera que sólo existe una: «La demolición de las nuevas obras». Además recuerda Adriá que «Becker es reincidente» y que, por lo tanto, «debería ser obligado a abonar la máxima sanción que contemple la ley». «No como ocurrió la primera vez, que recibió un descarado trato de favor», apunta.
Las nuevas edificaciones clandestinas han sido acometidas durante los últimos dos meses según han confirmado a EL MUNDO/El Día de Baleares fuentes municipales, afectan a varios de los elementos que tuvieron que ser reformados por orden de la Comisión Insular de Urbanismo del Consell de Mallorca, dirigida entonces por un Rafael de Lacy que obligó a Becker a acatar la normativa.
Las primeras obras
El deportista construyó una mansión de 987,67 metros cuadrados. Tras pleitear durante varios años con la Administración, la solución por la que finalmente optó radicó en el derribo de dos habitaciones y de los porches del patio principal, dejando únicamente en pie sus estructuras de madera.
Lo propio tuvo que hacer el ex tenista con dos de los pabellones que se encuentran ubicados junto a la piscina. Estos elementos también tuvieron que quedar completamente descubiertos para liberar así a la mansión del exceso de edificabilidad que albergaba.
En vísperas de este verano y cuando Son Coll acaba de ser puesta a la venta por un precio de salida de quince millones de euros -cifra que consideran «absolutamente desorbitada» varias prestigiosas promotoras consultadas por este diario-, los porches que dan al patio principal del complejo volvieron a recobrar su aspecto inicial e ilegal al ser cubiertos por tejas.
Las dos edificaciones de la zona de la piscina también han recuperado su techado originario con la ayuda del hormigón. Asimismo, en el patio principal de la vivienda se ha sustituido la tierra que lo cubría por cemento y al parecer se han improvisado varios helipuertos, sin haber sido consultado en ningún momento el Consistorio de Artà que dirige la socialista Maria Francisca Servera.
«Boris Becker no ha solicitado ningún permiso y no se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento durante los últimos tiempos», explicó la primera edil a este diario. Según precisó Servera, ni para acometer la pista de baloncesto ni para cubrir los porches, el patio principal o los pabellones de la piscina. El tenista que se despidió de las pistas con seis Grand Slam en su haber (tres Wimbledon, dos Open de EEUU y un Abierto de Australia) adquirió su actual residencia mallorquina en 1997 por unos 500.000 euros.
Entonces Becker construyó junto a la antigua possessió una mansión en toda regla. Eso, además de dos viviendas para los guardeses; tres para los invitados; garajes; salas de máquinas; y una majestuosa piscina junto a la cual el deportista edificó una instalación que alberga en su interior saunas, servicios y baños turcos. La casa del germano recobra las formas y los materiales utilizados en Mallorca desde tiempos inmemoriales. En algunas salas del interior de la planta noble de la vivienda principal, ha recuperado incluso el estilo mozárabe que imperó durante siglos en la Isla. Antes de recalar en Mallorca, Boris Becker fue tentado para establecer su residencia de verano en la Provenza francesa. Pero el alemán se decantó finalmente por Baleares, donde pretendía aislarse en compañía de los suyos.
El edil Adrià confirma que «la cancha de baloncesto, el patio y los techos de los pabellones de la piscina vuelven a exceder el volumen edificable permitido por la ley» «La única solución es demolerlas e imponer a Becker la máxima sanción», añade
ESTEBAN URREIZTIETA
PALMA.- Esquerra Unida-Els Verds (EU-EV) asegura que las nuevas obras realizadas por el ex tenista Boris Becker en su mansión mallorquina «no sólo son ilegales sino ilegalizables». El edil de esta formación en el municipio Julen Adriá destaca entre las reformas clandestinas realizadas por el tenista, «la construcción de una pista de baloncesto, el nuevo patio y los techos con los que se han recubierto dos de los edificios contiguos a la piscina». Su argumento pasa porque la edificabilidad de la vivienda estaba «completamente agotada»; «no se ha solicitado ninguna licencia»; y «en el caso de la pista de baloncesto, no estaba contemplada en el proyecto».
El deportista alemán ya se vio obligado a demoler 487 metros cuadrados de su mansión y fue multado por ello con 240.000 euros. De aquello hace ya tres años. A pesar del escándalo que se desató cuando tuvo que derribar buena parte de su casa, el que fuera el campeón más joven de la historia del torneo de Wimbledon, ha vuelto ahora a hacer lo mismo.
«Cuando Becker fue multado, demolió lo mínimo y descubrió algunas zonas como los edificios situados junto a la piscina», explica Adriá. No le quedó más remedio ya que había excedido la edificabilidad permitida en la parcela. Sólo podía levantar medio millar de metros cuadrados de edificaciones y finalmente construyó casi el doble.
En lo que respecta a la solución a la que podría agarrarse el ex tenista después de haber vulnerado de nuevo las normas urbanísticas, el edil considera que sólo existe una: «La demolición de las nuevas obras». Además recuerda Adriá que «Becker es reincidente» y que, por lo tanto, «debería ser obligado a abonar la máxima sanción que contemple la ley». «No como ocurrió la primera vez, que recibió un descarado trato de favor», apunta.
Las nuevas edificaciones clandestinas han sido acometidas durante los últimos dos meses según han confirmado a EL MUNDO/El Día de Baleares fuentes municipales, afectan a varios de los elementos que tuvieron que ser reformados por orden de la Comisión Insular de Urbanismo del Consell de Mallorca, dirigida entonces por un Rafael de Lacy que obligó a Becker a acatar la normativa.
Las primeras obras
El deportista construyó una mansión de 987,67 metros cuadrados. Tras pleitear durante varios años con la Administración, la solución por la que finalmente optó radicó en el derribo de dos habitaciones y de los porches del patio principal, dejando únicamente en pie sus estructuras de madera.
Lo propio tuvo que hacer el ex tenista con dos de los pabellones que se encuentran ubicados junto a la piscina. Estos elementos también tuvieron que quedar completamente descubiertos para liberar así a la mansión del exceso de edificabilidad que albergaba.
En vísperas de este verano y cuando Son Coll acaba de ser puesta a la venta por un precio de salida de quince millones de euros -cifra que consideran «absolutamente desorbitada» varias prestigiosas promotoras consultadas por este diario-, los porches que dan al patio principal del complejo volvieron a recobrar su aspecto inicial e ilegal al ser cubiertos por tejas.
Las dos edificaciones de la zona de la piscina también han recuperado su techado originario con la ayuda del hormigón. Asimismo, en el patio principal de la vivienda se ha sustituido la tierra que lo cubría por cemento y al parecer se han improvisado varios helipuertos, sin haber sido consultado en ningún momento el Consistorio de Artà que dirige la socialista Maria Francisca Servera.
«Boris Becker no ha solicitado ningún permiso y no se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento durante los últimos tiempos», explicó la primera edil a este diario. Según precisó Servera, ni para acometer la pista de baloncesto ni para cubrir los porches, el patio principal o los pabellones de la piscina. El tenista que se despidió de las pistas con seis Grand Slam en su haber (tres Wimbledon, dos Open de EEUU y un Abierto de Australia) adquirió su actual residencia mallorquina en 1997 por unos 500.000 euros.
Entonces Becker construyó junto a la antigua possessió una mansión en toda regla. Eso, además de dos viviendas para los guardeses; tres para los invitados; garajes; salas de máquinas; y una majestuosa piscina junto a la cual el deportista edificó una instalación que alberga en su interior saunas, servicios y baños turcos. La casa del germano recobra las formas y los materiales utilizados en Mallorca desde tiempos inmemoriales. En algunas salas del interior de la planta noble de la vivienda principal, ha recuperado incluso el estilo mozárabe que imperó durante siglos en la Isla. Antes de recalar en Mallorca, Boris Becker fue tentado para establecer su residencia de verano en la Provenza francesa. Pero el alemán se decantó finalmente por Baleares, donde pretendía aislarse en compañía de los suyos.
El celador logra al fin entrar
Boris Becker abrió ayer por fin las puertas al celador municipal. El ex tenista denegó el pasado martes la entrada al funcionario municipal arguyendo que todavía no había concluido la fiesta que había celebrado en su casa un día antes.
El encargado de supervisar la obras ilegales en el Ayuntamiento de Artà dio media vuelta. Pero ayer pudo comprobar in situ las reformas acometidas por Becker en su mansión de Son Coll. Elaboró el pertinente informe y ahora éste deberá ser revisado por la aparejadora municipal.
Tras leer la información publicada por este periódico, el entorno del deportista se puso en contacto con EL MUNDO/El Día de Baleares para admitir que las obras se habían realizado sin licencia por culpa de las «prisas».
Además precisó el mismo entorno precisó que Becker iba a iniciar los trámites para legalizarlas.
Las nuevas obras coinciden con la decisión del alemán de desprenderse definitivamente de la mansión que tantos quebraderos de cabeza le ha dado. Su precio de salida es de 15 millones de euros. Obras ilegales incluidas.