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La carpintería Alba fue legalizada tras comprar un terreno al cuñado del alcalde de Sant Josep |
(Diario de Ibiza, 30/09/2005)
Serra Escandell reconoció esta relación familiar con el vendedor del solar. Sobre el establecimiento pesaba una orden judicial de demolición. Aprobado el bulevar de Cala de Bou con los únicos votos del PP
Sant Josep | Pep Ribas
El alcalde de Sant Josep, José Serra Escandell, reconoció ayer, a preguntas de la oposición, que fue su cuñado quien vendió una porción de terreno al propietario de la carpintería Alba para que la industria pudiese ser legalizada. La actividad de esta carpintería obtuvo licencia municipal el pasado 1 de julio, después de un largo periodo en el que trabajó ilegalmente y en el que las denuncias vecinales llevaron a la convocatoria de varios juicios, que no llegaron a celebrarse por incomparecencia del acusado.
Al mismo tiempo que se amontonaban las denuncias vecinales por ruidos y molestias causadas por esta carpintería (pesaba sobre ella una orden de demolición del TSJB) su propietario inició un proceso de legalización de la misma, pero no podía obtener licencia de actividad porque la instalación ocupaba más espacio del permitido. La solución fue la compra de una parcela de terreno para añadirla a la finca y fue el cuñado del propio alcalde quien vendió ese terreno.
José Serra reconoció este detalle en el pleno celebrado ayer, aunque restó importancia al asunto: «¿Qué tiene que ver?, se preguntó. Al fin y al cabo, yo con ese familiar mío no he hablado ni diez veces en mi vida». Al portavoz de la oposición fué más allá y preguntó al alcalde si era verdad que había acudido como testigo de la parte demandada al juicio en el que debía comparecer el propietario de la carpintería acusado de posible desacato a la autoridad. Serra contestó que el juicio no llegó a celebrarse porque no compareció el acusado, pero que él había acudido «como alcalde, porque me había citado su abogado». Y de esta forma se cerró el debate plenario sobre esta cuestión.
El proyecto de bulevar de Cala de Bou, valorado en tres millones de euros, que se debe ejecutar dentro del Plan de Excelencia Turística con fondos del Ministerio de Economía, la conselleria de Turismo del Govern balear y el propio Ayuntamiento, se aprobó con el voto afirmativo del grupo gobernante del PP y la oposición del Pacto Progresista. La portavoz de este grupo, Pepa Marí, observó que ellos estaban a favor de un Plan de Excelencia en Cala de Bou, pero el que se está desarrollando, «los vecinos no lo quieren».
Remarcó algunas consecuencias negativas que ha traído consigo este plan, como una situación caótica en el transporte público a la que no se ha dado solución o una masificación de licencias de obra en la zona sin que se dote previamente de los debidos servicios para el vecindario. También criticó que se apruebe un proyecto con un plazo de ejecución de 20 meses en una zona turística, dado que algunos trabajos deberán coincidir forzosamente con la temporada. La concejala progresista relacionó el plan de Sant Josep con el del municipio vecino, Sant Antoni, del que señaló que había sido más ágil y que un año después de cobrar el dinero ya ha presentado las primeras realizaciones.
El concejal del PP Antoni Cardona, Pujolet, defendió el proyecto y se mostró convencido de que es válido, aunque antes de la votación admitió que «tal vez no hemos sabido venderlo bien».
También la integración en la fundación privada de Can Blau recogió los únicos votos del PP. En este caso, actuó de portavoz progresista Pep Agustinet, quien acusó a los populares de tener el asunto «poco preparado» y de no presentar los estudios suficientes. El Pacto se abstuvo alegando el portavoz que el proyecto «podría ser un pozo sin fondo».
Serra Escandell reconoció esta relación familiar con el vendedor del solar. Sobre el establecimiento pesaba una orden judicial de demolición. Aprobado el bulevar de Cala de Bou con los únicos votos del PP
Sant Josep | Pep Ribas
El alcalde de Sant Josep, José Serra Escandell, reconoció ayer, a preguntas de la oposición, que fue su cuñado quien vendió una porción de terreno al propietario de la carpintería Alba para que la industria pudiese ser legalizada. La actividad de esta carpintería obtuvo licencia municipal el pasado 1 de julio, después de un largo periodo en el que trabajó ilegalmente y en el que las denuncias vecinales llevaron a la convocatoria de varios juicios, que no llegaron a celebrarse por incomparecencia del acusado.
Al mismo tiempo que se amontonaban las denuncias vecinales por ruidos y molestias causadas por esta carpintería (pesaba sobre ella una orden de demolición del TSJB) su propietario inició un proceso de legalización de la misma, pero no podía obtener licencia de actividad porque la instalación ocupaba más espacio del permitido. La solución fue la compra de una parcela de terreno para añadirla a la finca y fue el cuñado del propio alcalde quien vendió ese terreno.
José Serra reconoció este detalle en el pleno celebrado ayer, aunque restó importancia al asunto: «¿Qué tiene que ver?, se preguntó. Al fin y al cabo, yo con ese familiar mío no he hablado ni diez veces en mi vida». Al portavoz de la oposición fué más allá y preguntó al alcalde si era verdad que había acudido como testigo de la parte demandada al juicio en el que debía comparecer el propietario de la carpintería acusado de posible desacato a la autoridad. Serra contestó que el juicio no llegó a celebrarse porque no compareció el acusado, pero que él había acudido «como alcalde, porque me había citado su abogado». Y de esta forma se cerró el debate plenario sobre esta cuestión.
El proyecto de bulevar de Cala de Bou, valorado en tres millones de euros, que se debe ejecutar dentro del Plan de Excelencia Turística con fondos del Ministerio de Economía, la conselleria de Turismo del Govern balear y el propio Ayuntamiento, se aprobó con el voto afirmativo del grupo gobernante del PP y la oposición del Pacto Progresista. La portavoz de este grupo, Pepa Marí, observó que ellos estaban a favor de un Plan de Excelencia en Cala de Bou, pero el que se está desarrollando, «los vecinos no lo quieren».
Remarcó algunas consecuencias negativas que ha traído consigo este plan, como una situación caótica en el transporte público a la que no se ha dado solución o una masificación de licencias de obra en la zona sin que se dote previamente de los debidos servicios para el vecindario. También criticó que se apruebe un proyecto con un plazo de ejecución de 20 meses en una zona turística, dado que algunos trabajos deberán coincidir forzosamente con la temporada. La concejala progresista relacionó el plan de Sant Josep con el del municipio vecino, Sant Antoni, del que señaló que había sido más ágil y que un año después de cobrar el dinero ya ha presentado las primeras realizaciones.
El concejal del PP Antoni Cardona, Pujolet, defendió el proyecto y se mostró convencido de que es válido, aunque antes de la votación admitió que «tal vez no hemos sabido venderlo bien».
También la integración en la fundación privada de Can Blau recogió los únicos votos del PP. En este caso, actuó de portavoz progresista Pep Agustinet, quien acusó a los populares de tener el asunto «poco preparado» y de no presentar los estudios suficientes. El Pacto se abstuvo alegando el portavoz que el proyecto «podría ser un pozo sin fondo».