Pollença: Carbonero cambió su informe sobre la nueva guardería en menos de 5 meses |
Sabater, alcalde pedáneo, admite haberse interesado por el proyecto, pero niega haber presionado al arquitecto municipal
MATEU FERRER. POLLENÇA.
El arquitecto municipal de Pollença, Jaume Carbonero, redactó dos informes -el primero favorable y uno posterior desfavorable- en menos de cinco meses sobre el proyecto para una nueva guardería privada en el número 42 de la calle Vicenç Buades, llamada Picarol.
Así, el Ayuntamiento no puede conceder la licencia de obras para el nuevo centro de preescolar, cuyos promotores han concluido los trabajos sin tener ningún permiso. Todo ello ha provocado la movilización de los padres de niños de 0 a 3 años en el Port de Pollença, pues otra guardería, Dida, ha anunciado su cierre definitivo para el próximo junio, lo que dejaría sin servicio a unos 40 pequeños, pues en el núcleo sólo hay abierta otra escoleta, Amiguets.
La no concesión de licencia para la nueva guardería, además de lograr reunir 1.400 firmas exigiendo alternativas, también ha desatado los rumores sobre los motivos que han originado esta situación.
En este sentido, el delegado de alcaldía en el Moll, Miquel Sabater (UMP), admitió ayer haberse interesado por el proyecto, pero niega tajantemente que presionara a Carbonero para denegar la licencia, como han apuntado a este diario varias fuentes: "Algunos padres me expresaron su preocupación para saber cuándo acabarían las obras de la nueva guardería, por eso pregunté al arquitecto municipal si los promotores tenían permiso, y me contestó que sí. No le dije nada más, ni sé por qué después él hizo otro informe desfavorable".
Al ser preguntado por la causa que le llevó a revisar, meses después, su primer informe positivo, Carbonero se mostró ayer rotundo: "Ninguna que tenga otro vertiente que no sea el estrictamente jurídico-técnico". El técnico municipal añade: "Jamás he hecho un informe por lo que me diga un político. Ni un regidor, sea del partido que sea, ni nadie me obligará a hacer ningún informe", insistió.
La promotora de Picarol, Elisa Rodríguez, presentó el proyecto en septiembre de 2003. Tras detectar algunas deficiencias menores, en enero de 2004 el arquitecto municipal informó favorablemente la solicitud de licencia. Posteriormente, en mayo del mismo año, el propio Carbonero emite un segundo informe en el que argumenta que el proyecto "supera la profundidad edificable máxima permitida" por el Plan General en la manzana donde se ubica, y que es de 13 metros. El arquitecto redactor del proyecto presentó alegaciones a este informe, y ante la diferente interpretación de la aplicación de la normativa urbanística, Carbonero optó por someter la cuestión a criterios jurídicos. Finalmente, un informe de un abogado encargado por el Ayuntamiento ha considerado que el proyecto incumple el planeamiento de Pollença.