Manacor: La oposición insiste en que el alcalde Pastor practica el "urbanismo a la carta" |
Le acusan de adaptar la norma a la compra de Can Bauçà y el PP pide criterios alternativos
LLORENÇ RIERA/T.O. MANACOR.
La modificación puntual de las normas subsidiarias para regular la veintena de edificios fuera de ordenación del centro de Manacor no es más que una maniobra del alcalde Pastor y su gobierno de PP-AIPC, para adaptar la norma a la decisión unilateral de adquirir el edificio de Can Bauçà, en el carrer Major, y transformarlo en oficinas municipales. Éste es, en términos generales y con matices que en el pleno de anteanoche necesitaron hora y media larga de explicaciones, el criterio que sostiene la oposición integrada por PSM, PSOE y ALM-UM.
En cambio, al alcalde Pastor no le quedan dudas de que las denuncias y protestas de la oposición no van más allá de su incapacidad por definir modelos alternativos propios sobre planeamiento urbanístico. ALM-UM presentó una moción de urgencia, que no llegó a debatirse, para que el PGOU incluya la regulación de los edificios que se excedan en altura en más del cien por cien. El alcalde ofreció la incorporación de esta moción a la propuesta que había hecho el gobierno del PP, pero los interpelantes no aceptaron la contraoferta al entender que era desvirtuar el sentido inicial de la propuesta.
Jaume Darder fue el encargado en nombre del PP de defender la ordenación puntual de los edificios del centro. Lo hizo invocando la revitalización de la zona, su esponjamiento y la promoción de la cultura y el comercio. Para Margalida Capó, portavoz del PSM, esto es una muestra clara de que el gobierno "no sabe lo que quiere" y de que "no tiene un proyecto de ciudad". Capó dice que Pastor "ha quedado en evidencia porque hay muchos problemas puntuales como éste que no se afrontan".
El PSOE asegura que la medida emprendida por el PP no tiene sentido alguno cuando hay un avance del PGOU en exposición pública y su representante, Júlia Roman, no esconde su indignación por lo que considera una "consolidación del urbanismo del pasado y una medida discriminatoria". Es más, entiende la cuestión como "un castigo a quienes respetan la legalidad" y le preocupa el efecto que pueda tener sobre los Bienes de Interés Cultural (BIC).
Miquel Ángel Grimalt, de ALM-UM ve en la modificación parcial aprobada anteanoche, un hecho desafortunado e inviable "practicado por un Ayuntamiento que piensa más en sí mismo que en el interés general de los ciudadanos". Grimalt intentó que el asunto quedara aparcado hasta que se tramitara el PGOU pero no lo consiguió del mismo modo que el alcalde, particularmente irritado por todo cuanto procede de ALM-UM, tampoco logró que este partido aceptara sus ofertas de consenso y negociación sin voto condicionado.
Al final, la modificación parcial para regular los edificios fuera de ordenación fue aprobada con los votos del PP y el asentimiento silencioso de sus socios de gobierno de AIPC. Los tres grupos de oposición insistieron en que todo era una táctica para legalizar la compra de Can Bauça.