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Sant Josep: un promotor revela ante el juez presiones del entorno de Huerta para quedarse un proyecto suyo |
(Diario de Ibiza, 11/05/2009)
Nuevos testimonios explican casos en los que personas vinculadas al ex arquitecto municipal actuaron en proyectos de Sant Josep. Ninguno denunció nada porque «no tenía pruebas claras» o pensaba que era «inútil»
Uno de los últimos testigos que han declarado por el caso Huerta explicó ante el juez que los propietarios de un terreno con los que había pactado la ejecución de un bloque de viviendas en Sant Josep le dijeron que habían sido presionados por un promotor supuestamente del entorno del ex arquitecto municipal para quedarse el proyecto. Otro testimonio, un arquitecto, revela que los promotores con los que trabajaba en la Península y Eivissa le impusieron que compartiera los tres grandes proyectos que desarrolló en Sant Josep con otro colega, al que se vincula a Huerta, «para que las cosas fueran bien y no se dilataran» en el tiempo.
EIVISSA | E. RODRÍGUEZ. Un promotor y constructor ha revelado como testigo ante el juez que instruye el caso Huerta que había tenido conocimiento de que los propietarios de un solar del núcleo urbano de Sant Josep habían sido presionados e incluso «amenazados» supuestamente por el entorno del ex arquitecto municipal para quedarse con la promoción de un bloque de viviendas. Se trata de uno más de la decena de testimonios recabados por el magistrado Pablo Mendoza hace justo un mes sobre la supuesta trama de corrupción urbanística encabezada por el ex arquitecto municipal de Sant Josep.
Este testimonio explicó en su declaración que había tenido la idea de construir un bloque de viviendas en Sant Josep y que propuso a los propietarios del solar, con los que alcanzó un acuerdo, construir un bloque de pisos a cambio de algunos. El siguiente paso fue ir al Ayuntamiento para hablar con el entonces arquitecto municipal Antonio Huerta, quien, en principio, les planteó algunos problemas para su desarrollo, como que, a su entender, los terrenos no reunían la condición de solar. Eso fue a principios de 2004.
Semanas después, los propietarios del terreno comentaron a este testigo que habían recibido una oferta de otro promotor, presuntamente del entorno de Huerta, que incluso llegó a «amenazarlos» en el sentido de que les dijo que «harían la obra con ellos o con nadie». El declarante señaló al juez que pensaba que podía haberse producido «tráfico de influencias» por parte del ex arquitecto municipal porque era la única persona con la que había hablado de este proyecto.
El pasado 16 de abril el propio propietario de dicho solar explicó en el juzgado como testigo que dicho promotor se interesó por realizar las obras, «que le hacía visitas tanto él como otras personas y le mandaba cartas». Al ser preguntado por el juez si en estas visitas o mensajes se le dijo directa o indirectamente que sólo se haría la promoción con ellos, el declarante manifestó que «el promotor realizaba ofertas económicas cada vez más elevadas y decía que los demás no estaban tan capacitados como ellos». Dijo desconocer como esta persona podía saber sus intenciones y agregó que «estaba enterado de muchas cosas».
La promoción de Cala Carbó
El promotor que supuestamente presionó a los propietarios de los terrenos habría hecho obras con proyectos de Huerta fuera de Sant Josep, según el primer testimonio. Además, el nombre de este promotor aparece en la declaración de otro testigo (un arquitecto que declaró en marzo) que explicó que en las reuniones que mantuvo con los propietarios de otro terreno de Sant Josep donde se proyectaba ejecutar una urbanización aparecía esta persona que «presumía de que trabajaba con Huerta», y que había otras personas presentes que podrían corroborarlo. Este otro testigo explicó ante el juez que creía que dicho promotor (el de las presiones) manifestó que uno de los problemas que habían surgido en su proyecto lo había tratado con su arquitecto, refiriéndose a Huerta. Agregó, en respuesta a otra pregunta, que no tenía constancia de que este promotor hubiera recibido un trato de favor por parte del Ayuntamiento, pero señaló que sabía que había sido el promotor del edificio Dos Mares, en Cala Carbó, cuyo proyecto, según la declaración anterior de una ex empleada de Huerta, había sido redactado en el despacho privado del ex arquitecto municipal y firmado por otra arquitecta.
De todos modos, las presiones no surtieron ningún efecto puesto que el promotor que ha actuado como testimonio desarrolló el proyecto. Dijo creer que había influido el hecho de que en la prensa aparecieran noticias de que un edificio colindante se estaba construyendo con irregularidades por exceso de altura y de volumen de edificabilidad y que también se había publicado que este proyecto lo había firmado un arquitecto vinculado a Huerta, aunque no supo concretar quién había sido. Este testigo reconoció que no presentó ninguna denuncia por los hechos relatados, pero que tenía «la impresión» de que el alcalde debía tener conocimiento de la situación por lo que se había publicado en la prensa, a pesar de que sólo se refiriera a la promoción colindante, cuyas condiciones urbanísticas deberían ser idénticas a la suya.
Rumurología general
Otros testigos (arquitectos, constructores e incluso una ex empleada de Huerta que ya había declarado anteriormente en el juzgado) explicaron otros casos particulares en los que supuestamente había intervenido el entorno de Huerta para ejecutar proyectos en Sant Josep e incluso algunas reuniones en el despacho privado del ex arquitecto municipal en el Paseo Marítimo, aunque también aseguraron que muchas de las cosas que conocían procedían de «rumores». Ninguno de ellos denunció los hechos porque no tenían «ninguna prueba clara» o porque pensaban que era «inútil», según dos testimonios.
«Todos asumían que no se podía trabajar en Sant Josep»
EIVISSA | E. R. Otro de los arquitectos que ya han prestado declaración como testigo explicó ante el juez que para realizar tres proyectos grandes en Sant Josep los promotores le hicieron compartir el trabajo y los honorarios con otro colega que, según otros testigos, firmaba proyectos del despacho privado de Huerta en Sant Josep. A este testigo, según dijo, le llamó la atención esta situación porque no le sucedía lo mismo con los proyectos de los mismos promotores que realizaba en la Península.
Al preguntar por esta situación, sus clientes le contestaron que se debía a «cosas internas». Añadió luego, tras insistir el fiscal, que nunca le había pasado una cosa como esta y que los promotores le dijeron que este arquitecto era «la persona de confianza de Huerta y que convenía para que las cosas fueran bien, para que no se dilataran» en el tiempo.
La defensa de Huerta pidió la suspensión de esta declaración para que el arquitecto lo hiciera como imputado al admitir una posible implicación delictiva, solicitud a la que se opuso tanto el fiscal como el juez. El testigo indicó que pensaba que este arquitecto vinculado supuestamente a Huerta era quien hacía la parte que le correspondía de los proyectos porque conversaba telefónicamente con él y estaba muy al tanto de todo; no así el ex arquitecto municipal en las contadas ocasiones en las que trató con él por su condición de funcionario, una vez incluso en su despacho privado.
Este testimonio aseguró que la situación le molestaba y le causaba un perjuicio por la cuestión del estilo, no por la económica, que no era tanto. No hizo ninguna denuncia por escrito, pero sí verbal ante el Colegio de Arquitectos, cuando apuntaban hacia él como una persona más del supuesto entramado de Huerta. Agregó que lo que más le dolía era que «no sólo se trataba de un asunto conocido por todos, sino que además todos asumían como bueno o como situación al uso que no se podía trabajar en Sant Josep sin la anuencia de Huerta».