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Eivissa: Ramon alerta de que se derrumban casas tradicionales por la falta de control municipal |
(Diario de Ibiza, 2/04/2009)
EIVISSA | E. R. El conseller de Política Territorial, Miquel Ramon, advirtió ayer de la existencia de «un problema grave y serio» de pérdida de casas payesas que son alteradas o reemplazadas por otras nuevas, sin ningún rasgo tradicional, al amparo de licencias de obra menor. Durante 2008 se abrieron 24 expedientes de disciplina urbanística que afectaban a viviendas tradicionales, algunas de ellas incluidas en el catálogo del Consell. Ramon lamenta que el control de este tipo de obras por parte de los ayuntamientos «deja bastante que desear». «Se debe perseguir esta actividad», destacó.
De la misma manera, el conseller explicó que otra de las prácticas fraudulentas detectadas consiste en aprovechar viejas estructuras («montones de piedras», dijo) que nunca se han utilizado como vivienda para «burlar la ley» y conseguir autorización municipal para levantar una casa en un lugar que está prohibido. Por esta cuestión, el Consell recurrió el año pasado en los tribunales por la vía contenciosa administrativa dos licencias de Sant Josep, una de Sant Antoni y otra de Santa Eulària.
Asimismo, el Consell abrió el año pasado 125 expedientes (diligencias previas) por infracciones urbanísticas, un 29 por ciento más que en 2007 y un 265 por ciento más que en 2006. El conseller destacó que la actitud de los ayuntamientos «ha mejorado», puesto que de los 125 expedientes abiertos sólo ocho han quedado en manos de la institución insular. Los ayuntamientos tienen las competencias en disciplina urbanística y sólo en el caso de que éstos no actúen lo hace el Consell de forma subsidiaria.
Por otro lado, el Consell tramitó en 2008 autorizaciones para la construcción de 146 viviendas en suelo rústico (14 solicitudes de interés general), un 23 por ciento menos que en 2007 (190). Ramon augura que la tendencia decreciente se mantendrá e incluso «se acentuará» a causa de la crisis y la propia aplicación del PTI, ya que como consecuencia de las segregaciones «cada vez queda menos espacio para construir».